Definamos como primera cosa y antes que ningún otro aspecto la palabra "iniciado", hablando en castizo es el participio del verbo "iniciar", en su conjugación en forma y tiempos compuestos que modifican a la condición denominado "iniciado"; término este secuestrado por el mistericismo en sus numerosas versiones que podemos encontrar en la literatura generalmente, otras en instituciones esotericistas y otro tanto en el uso impropio. Semánticamente hablando existen diferencias muy marcadas y meridianamente delimitadas de tal suerte que no se pueden homologar bajo ningún aspecto, siendo el término mismo determinante de esta particular e inequívoca condición de la cual estoy haciendo mención. Es difícil señalar características esenciales al iniciado pues es intentar establecer aspectos que ha adquirido contrastados con aquellos que no poseía; es un riesgo apreciable el aventurarse en alguna suerte de lenguaje para describir o más bien intentar describir que enumerar calificativos de orden ético o moral, o bien si no queda otra posibilidad, hacerlo manteniendo la mayor distancia que me fuese posible de estos últimos. Muchos se sienten con algunas luces para referirse a esto de manera temeraria y sin ninguna aprehensión por las consecuencias que sus palabras, actos y conductas pueden causar en el entramado de la realidad entendida como íntegra, no en base a componendas parciales, sesgadas y miopes de seudosabios con pretensiones de erudición fantasiosa.
Voy a tratar de hacerme entender en un significado un tanto más comprensible al que se pudiese desentrañar en lo inmediato que es francamente imposible.
El consenso es el camino, el consenso de aquel que ya antes recorrió este mismo camino y ahora tienen que dar su aprobación para que el iniciado pueda hacer este tránsito; habiendo llegado a la convicción de que se reunen las condiciones espirituales necesarias y exigidas para acometer por primera vez este caminar que ha de llevar al iniciado a conocer más acabadamente la realidad que ahora el percibe difuso y borroso, no obstante será más nítido su comprender en la realidad que como lienzo se despliega y lo que antes estaba velado a los ojos y la diafanidad del ser es manifiesto en el iniciado
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